La película del Oeste que revolucionó el género del western, encumbró al mítico John Wayne al estrellato y generó la sociedad wayne-ford que tantas y tan buenas películas reportaría al cine hollywoodiense y al universal. Con una rica caracterización de los personajes, un ritmo bien acompasado, y la primera aparición del increíble set de Monument Valley, probablemente pueda decirse que La Diligencia (Stagecoach) es el primer western moderno. Narra el viaje de la diligencia entre Tonto y Lordsburg, dos pequeñas ciudades cercanas a la frontera con Méjico y asediadas por la presencia de los apaches con el temible Gerónimo a la cabeza. La historia tiene lugar a finales del siglo XIX en pleno desierto de Arizona. La diligencia tiene seis ocupantes a los que se deben sumar el conductor de la diligencia, un escolta y un joven prófugo de la justicia que se une a mitad de camino. En total nueve personajes, muy bien caracterizados, y que vienen a representar una muestra, reflejo de la sociedad. El sheriff y el prófugo, el jugador de cartas y el banquero, el médico borrachín y el tímido viajante de whisky, la dama y la chica de mala reputación y finalmente el conductor de la diligencia, un gordiflón de buen corazón. La diligencia no es tan sólo una gran película de acción, sino que es una clara crítica a las diferencias sociales. Ford gracias a la colaboración inestimable de Dudley Nichols —Oscar al mejor guión por El delator, también de John Ford—, consigue acompasar la aventura con el mensaje, la forma con el contenido. En muchas ocasiones pone en boca del simpático Doc Boone palabras que atentan contra lo políticamente correcto. Y acaba consiguiendo al fin, que las personas socialmente marginadas demuestren un valor y un coraje superior al de las supuestas personas de bien, descubriendo que tienen tantos derechos como estas... Ciertamente, John Ford —al igual que muchos directores de entoces como Frank Capra— era un maestro en humanidad. En sus películas realmente lo que destacan son las personas y es en ellas donde se centra siempre la cuestión. La diligencia hizo subir muchos puntos la reputación de Pappy, y le valió una nominación al Oscar, que finalmente recayó sobre Victor Fleming. Thomas Mitchell ganó el Oscar a mejor actor secundario, por su inolvidable doctor Josiah Boone, un médico borrachín pero con gran corazón y buen conocedor del ser humano. Este actor talismán trabajó en varias películas míticas como Esmeralda la Zíngara (1938), Caballero sin espada (1939), Lo que el viento se llevó (1939), Qué bello es vivir (1946) o Sólo ante el peligro (1952). El guión de Dudley Nichols esta basado en una breve historia titulada "Stage to Lordsburg" de Ernest Haycox. Además del Oscar de Mitchell, La diligencia fue premiada con un segundo Oscar al acompañamiento musical. Debido a la recopilación de canciones clásicas del folklore americano. Finalmente hablar de la aparición en escena del número uno, John Wayne. Aunque la estrella en los títulos de crédito era Claire Trevor, en el film es John Wayne el que brilla con luz propia. Experto cowboy y estrella de numerosas películas de serie B, Ford le descubrió para La diligencia. Supo sacar de él sus grandes cualidades y convertirle en el mítico Ringo Kid, ese joven pistolero que busca la venganza por las muertes de su padre y de su hermano. Mencionar también a Yakima Canutt, doble de John Wayne, que venía acompañándole en un sinfín de películas.
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