4 DOCE HOMBRES SIN PIEDAD. De SYDNEY LUMET
Un joven muchacho es acusado de matar a su padre con una navaja. Será ejecutado en la silla eléctrica si es declarado culpable. El juez manda al jurado a deliberar advirtiéndoles de que su veredicto debe ser unánime. En un principio todos los miembros del jurado parecen coincidir en que el joven es culpable, sin embargo uno de ellos discrepa... porque dice tener una duda razonable.


Doce hombres sin piedad (12 angry men) fue el debut en la gran pantalla de director Sydney Lumet, que hasta entonces únicamente había dirigido series de televisión. Entre sus protagonistas cabe destacar a Henry Fonda y a otros actores de la talla de Martin Balsam, o Lee J. Cobb. A excepción de Henry Fonda, el resto de actores fue elegido por su reconocida experiencia en televisión (iba a ser una obra con muchos tintes teatrales). 90 de los 95 minutos que dura la película transcurren en el despacho del jurado, una habitación de reducidas dimensiones. Allí son confinados los 12 miembros del jurado -y con ellos el espectador- hasta que emitan su veredicto. De modo que la película trascurre prácticamente en tiempo real... Este dato constituye un verdadero reto para el director, ya que todo el peso de la historia recae sobre el guión y la destreza interpretativa de los 12 actores. Con todo, habría que señalar que el argumento de la historia esta deliberadamente exagerado. Para empezar, por el mero hecho de tratarse de un jurado formado sólo por hombres y todos ellos blancos, algo irreal en la práctica ya en los años 50. Por otro lado, el rico abanico de personalidades entre los miembros del jurado no deja de tener un punto de irrealidad. Sin embargo, tal vez por ello mismo Lumet consigue una brillante caracterización de personajes, que sabe desarrollar gracias a las discusiones, votaciones y recuentos que se suceden y a las constantes revelaciones que cada jurado va haciendo de sus experiencias personales. La película pone de relieve el deficiente sistema judicial, y los condicionamientos personales que siempre existen entre los miembros de un jurado. Son recurrentes otros temas como la violencia, el racismo y la responsabilidad cívica que todos los ciudadanos contraen por el mero hecho de pertenecer a una sociedad. La película resultó ser un fracaso comercial. Sin embargo, llegó a recibir 3 nominaciones de la Academia de Hollywood: mejor película, mejor director, mejor guión adaptado. Finalmente todas las estatuillas fueron a parar a El puente sobre el Río Kwai (1957) de director inglés David Lean.

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